Desde el estudio de los avances tecnológicos estudiados
desde la prehistoria, me he dado cuenta que muchas de las tecnologías de hoy en
día ya fueron inventadas hace muchos años o que alguna de ellas han derivado en
las tecnologías de hoy en día. Me ha llamado la atención que en eso años y con
los pocos medios que se tenían, hubiera grandes genios capaces de inventar
cosas extraordinarias que sigamos utilizando hoy en día. Me he dado cuenta de
que la frase “El mundo no se ha parado ni un momento” es totalmente cierto.
Viendo la película de “Piratas de Sillicon Valley” y
buscando las biografías de Steve Jobs y Bill Gates, he caído en la cuenta que
la gente tiene afán de superación, que desde la nada se puede crear y generar
algo. Todo son ganas y querer, “Querer es poder”. También de la fuerte
competencia en la que nos movemos, las rivalidades, el intrusismo profesional…
Me ha recordado a Maquiavelo “El fin justifica los medios”.
Desde el completo análisis del producto he visto todo el
largo y complicado proceso que tiene el diseño de un producto, desde el
diseñador, la producción, logotipo, packaging, comercialización, campañas de
publicidad, distribución. También de las influencias que puede generar un
producto en el mundo del diseño, que un diseño puede ser innovador y marcar
toda una época. El hecho de como la generación de los smartphones han cambiado
nuestro modo de relacionarlos con la gente, las facilidades que nos pueden
ofrecer en contraposición a una exclusión social. Ya no hace falta quedar con
tus amigos para relacionarte y cuando estas con ellos te das cuenta que sólo
estas pendiente del teléfono. Nos ha generado una dependencia total. He
preguntado a gente de mi alrededor “¿Qué harías si os quitaran o perdieseis el
Smartphone?” Y la respuesta generalizada ha sido “Ir inmediatamente a comprar
otro, no puedo vivir sin él”. Hecho que en parte me resulta extraño ya que
muchos de ellos no tienen trabajo y unos medios escasos para vivir. Y aquí me
incluyo yo. “¿Cómo hemos podido llegar a ser tan esclavos de la tecnología
anteponiéndola a necesidades más primarias?” Creo que pese a la crisis de este
contexto socio-cultural, seguimos siendo una sociedad de consumo.